sábado, 17 de abril de 2010

"Hoy vengo a verte" Mi homenaje a Miguel Hernandez



Cada vez que el sol brota
por las laderas
tus palabras renacen
en Orihuela.

Hoy vengo a verte:
traigo silencios malvas
para tu muerte.

No hay un barrote firme
que te sostenga,
en caballos de tiempo
surcas estrellas.

A verte vengo
con el silencio rojo
que tiñe el viento.

A orilla de los sauces,
el río escapa
por la musgosa cuenca
de la esperanza.

Y yo te traigo
el silencio amarillo
que dora el campo.

Se marchita el aroma
de las adelfas,
por el soplo apagado
de la tristeza

A verte vengo
con el aire que aúlla
sonidos negros.

Mi casa espera




Mi casa ya nació,
pero aún no respira.
Solo hiberna el recinto.
Las cajas apiladas
acopian los retazos de lo poco
que pude conservar
entre tantos afanes
y algunos descontentos.
En la virgen pared
que acarició el pintor
y la vistió de blanco,
el arquitecto celebró la luz
abriendo más ventanas.
Y se sintió querida.

Yo se que cuando llegue
verá en mí a una intrusa,
y tendré que explicarle con paciencia,
calmar su descontento,
sus tácitos reclamos,
Hubo tantas mudanzas,
y aquí solo abandono.

Le diré que ya es hora
de musitar poemas,
de entrelazar sonidos,
y entre tantos colores
será mi reina blanca.

Me contaron que hay nuevos moradores,
que ya crece la hierba en los jardines,
que el asador se yergue en su dominio
de anfitrión poderoso y convocante.

Y entre tanto sosiego
se nutrirá la charla
que sostiene el abrazo.
Es hora de afincarse,
porque los años corren
y duelen las distancias.